Bueno, no están ustedes para saberlo, pero yo sí para contarles que conocí de cerca a Rosario Robles Berlanga allá en mis épocas estudiantiles en la FES Acatlán, donde era uno de mis mejores maestros el economista Julio Moguel, entonces pareja de Rosario Robles, quien a veces iba a la escuela en su calidad de lideresa sindical del STUNAM.
Relato Extraido de Facebook: http://lynk.tk/EV0lp
También Robles fue una de mis camaradas militantes en la extinta Organización de Izquierda Revolucionaria – Línea de Masas (OIR-LM), de orientación maoísta.
Reconocíamos en Rosario Robles a una camarada sumamente brillante, comprometida y con un entusiasmo y apasionamiento político muy naturales en su personalidad. Todas y todos en la OIR-LM pensábamos que la carrera política de Robles la iba a llevar muy lejos.
Sin embargo, yo le contaba a mis camaradas, amigxs y ex-novia, que Robles despertaba en mí una especie de repulsión por ser una política a veces sin escrúpulos.
Me explico: en las sesiones en las que se discutía la línea política de la OIR-LM, Robles no dudaba en llevar a sus matraqueros, muchos de ellos y ellas habían sido alumnos de Robles y Moguel en la Facultad de Economía y en la FES Acatlán.
Cuando algún camarada expresaba sus posiciones contrarias a las defendidas por Rosario Robles, sus matraqueros hacían bulla, escándalo, molestando de esa manera tan mezquina a la oradora u orador. Y Robles, se hacía la que la virgen le hablaba.
Pero ya entonces, Robles era una “Vaca sagrada” entre la izquierda mexicana. Pocos, muy pocos en la OIR-LM le cuestionaban esas prácticas tan odiosas y tan turbias. A mí, me indicaban que era una política con una ética muy gelatinosa, capaz de manipular personas y situaciones para conseguir sus fines.
El tiempo nos dió la razón. Rosario Robles fue La Mujer Maravilla, la Wonder Woman de la izquierda mexicana antes de su defección tan vergonzosa del PRD, tras el escándalo de los vídeos René Bejarano-Carlos Ímaz-AMLO. Primera Jefa de Gobierno en el DF; líder nacional del entonces poderoso PRD; una figura-símbolo referente del feminismo latinoamericano.
Así que en la campaña electoral del 2012, Robles aun pudo sorprenderme y dejarme atónito con otro de sus vuelcos en su rocambolesca vida pública: el ser una fiera crítica del movimiento estudiantil Yo Soy 132, cuando ella, Robles, en su época de dirigente en la OIR-LM, fue una destacadísima participante en el movimiento universitario del CEU en los años 1986-1994.
Esta faceta de Robles, criticando a un movimiento estudiantil, y defendiendo al mismo tiempo al candidato priísta, Peña Nieto, tuvo para mí y para muchos ex-camaradas de la OIR-LM y del PRD el amargo, el agrio sabor de una Traición.
Robles, al final, se decantó por los rasgos más turbios de su personalidad. la de ser una manipuladora, una persona con una ética política sumamente cuestionable.
Se decantó por la siniestra Lady Macbeth que llevaba dentro: el cometer una traición a sangre fría, con enormes dosis de cinismo, de mala leche, de pura y oscura venganza contra López Obrador en lo personal, y contra la corriente de izquierda en la que fue su Mujer Maravilla. . . . . Para convertirse en ideóloga del partido al que antes consideraba la fuente de los males, el PRI.
Su carrera política parece terminar de manera grotesca. Tras las rejas a causa de la corrupción peñanietista, régimen del que ella se autonombró la más fiel soldadera. ¡Si muchísimos, si no es que todos los votantes que siempre lo hemos hecho por la izquierda, sabíamos con claridad que Pela Nieto era el representante de un regreso, de una reversa del país hacia la más descarada corrupción, pues esta era la marca de la casa del PRI Atlacomulco y sus bestias: Hank González, Arturo Montiel, el clan Del Mazo, y el júnior cretino que siempre ha sido Enrique Peña Nieto!
Y aún así, Robles se prestó a una venganza personal urdida en otra más de las grillas y “tenebras” organizadas por Carlos Salinas de Gortari y su “minion”, Diego Fernández de Cevallos. Pues era un acto de venganza el entrar en el gabinete de Peña Nieto.
Yo estaba convencido de que, ahí dentro de su cabeza, Rosario Robles estaba considerando la posibilidad de ser Presidenta de México vía el PRI y el apoyo de Peña Nieto, siempre que ella se mostrara como su fiel guardiana, su celosa cancerbera.
Y así le fue, prestándose a ser la miserable tapadera de la Estafa Maestra, ¡con el dinero destinado a las y los mexicanos más pobres! Y no saciada su ambición, continuó el mismo esquema a su paso por la SEDATU.
Robles iba dejando tras de sí un olor a azufre satánico. No exagero. Prestarse para ocultar el robo de dinero para los más necesitados. Prestarse a un acto de traición mayúsculo. Dejarse llevar por su ambición política, por las peores tendencias en su personalidad.
Recuerdo las sonrisotas de Robles a su paso por la SEDESOL en el peñanietismo. Yo pensaba: esta mujer seguro se cree con posibilidades reales de ser la próxima mandataria. pero le llegará su momento de Némesis, como pago a su desbordada Hubris, a su soberbia y a su orgullo.
Y así está sucediendo.
Ninguna parte de mí siente simpatía por Rosario Robles. Más bien, lo contrario. Me congratulo de que se encuentre tras las rejas. ¡Todavía tenía los arrestos para clamar su inocencia en los actos criminales en los cuales participó, al menos siendo cómplice omisa!
Una grotesca trayectoria personal que merecería tener su Shakespeare, su tragicomedia similar a las piezas teatrales Macbeth, Ricardo III, Julio César, escritas por el bardo inglés.
Solo espero que su juicio se lleve a cabo conforme a derecho, y que conforme a la ley, responda por sus actos criminales.